Desde la mirada de Bert Hellinger y del Dr. Hamer (Nueva Medicina Germánica), toda enfermedad es un síntoma de un proceso emocional que ha alterado nuestro orden interior.
Las enfermedades surgen como respuesta del cuerpo a un proceso de vida que nos ha generado una herida inconsciente y que hemos codificado interiormente.
Esa herida brota con el tiempo a través de una determinada sintomatología, patología o enfermedad.
La medicina actual se encarga de tratar las enfermedades, es decir, las consecuencias que se han originado en el cuerpo debido a que biológicamente hay algo que no está bien.
No obstante, desde otras visiones y desde otros enfoques holísticos de la medicina se postula que la enfermedad es una respuesta a otros procesos que alteran la salud del cuerpo.
Ese origen puede alimentarse de diferentes procesos a nivel biológico, bioquímico, genético, etc.
Desde el ámbito de las constelaciones familiares y sistémicas, se comprende la enfermedad como una señal que nos da la pista de que hay algo interiormente que debemos ver, reconocer o integrar.
Y esto aplica tanto a procesos que nosotros hemos vivido como aquellas situaciones difíciles y extremas que vivieron nuestros antepasados.
Recordemos que la memoria de esas vivencias se encuentra también en la biología ya que la sangre tiene memoria (así lo demuestran miles de estudios científicos).
Es decir, existe una memoria transgeneracional que se ha estudiado a lo largo de muchos años, y que certifica que muchos de los procesos vividos por ancestros nos afectan física y emocionalmente.
Por eso cuando se plantea constelar la enfermedad hay que tener esto muy claro.
¿Las constelaciones familiares pueden sanar una enfermedad?
Por tanto, alejándonos de la visión de que una persona es víctima de una enfermedad y, desde un enfoque transpersonal, entendemos que tiene un poder de sanarse a sí misma, podemos plantear una nueva óptica.
Si comprendemos el origen de esa enfermedad y recurrimos a poner orden, conciencia y liberamos (desprogramamos) el foco que alimenta ese conflicto, tal vez podamos cambiar la situación.
Constelar la enfermedad es una oportunidad que nos damos de descodificar esa información que está alimentando nuestro conflicto interior.
Desde este punto de vista, como podrás imaginar, ese origen puede estar en lo más profundo de nosotros pero también en nuestras raíces ancestrales.
Cuando se realizan constelaciones familiares podemos observar esos orígenes y, en ocasiones, las situaciones y causas que lo provocaron.
Y la evidencia empírica nos ha demostrado que, en muchas ocasiones, se consiguen efectos beneficiosos de trabajar desde este abordaje.
Los potenciales beneficios de constelar la enfermedad son muy diversos; desde atenuar síntomas y dolor hasta ver una remisión (en diferente grado) de los síntomas en algunos casos.
Lo cierto es que es un tema muy complejo de trabajar porque cada caso es un mundo.
No vayas a constelar la enfermedad en estos casos
Como ya he comentado anteriormente en otras publicaciones, muchas personas recurren a las constelaciones familiares para solucionar algo que les angustia.
Y en relación a solventar temas de enfermedad no son pocos los casos en los que se trabaja para poder comprender el origen de la misma.
No obstante, te desaconsejo que realices constelaciones familiares en estos casos en los siguientes supuestos.
1. Pones toda tu fe en que las constelaciones familiares te van a salvar de tu problema.
En muchas ocasiones hay personas llegan a realizar su ejercicio de constelación desde la desesperación, y es ciertamente comprensible.
Cuando hay una situación que potencialmente puede amenazar la vida, surgen inseguridades, miedos y se activa nuestro mecanismo de supervivencia.
Desde aquí, mucha gente confía ciegamente en este tipo de herramientas como la solución a su circunstancia.
Y esto no debería ser tratado de esta forma, como puedes imaginar.
Constelar la enfermedad es un recurso más, una posibilidad adicional a los tratamientos médicos y terapéuticos, pero no garantiza una sanación absoluta.
Por tanto, si crees que si constelas la enfermedad, vas a sanar, desengáñate.
Lo que conseguirás es darte la oportunidad de comprender más, tener una conciencia del origen y colocar tu visión en un lugar más nutritivo, desde la aceptación, el perdón y la liberación.
2. No tienes una conciencia ciertamente expandida sobre todos estos temas.
Por otro lado, si no te interesa el mundo del desarrollo personal, también te desaconsejo totalmente que realices constelaciones familiares.
Sobretodo si tienes alguna enfermedad y no estás abierto a darle un nuevo significado a tu situación.
Por ello, si te han recomendado constelar la enfermedad a pesar de que no crees en estas cosas y te estás planteando esta posibilidad, no te dejes arrastrar.
No obstante, si tienes una sana curiosidad y te quieres dar la oportunidad, adelante, no te va hacer daño.
3. Buscas culpables o responsables en tu sistema familiar de tus desgracias.
Las constelaciones familiares no te van a ayudar si realizas el ejercicio desde el reproche, la sed de venganza o la energía de la acusación a la gente de tu sistema.
Por tanto, el consejo que te puedo ofrecer si quieres constelar la enfermedad es que vayas con la actitud interna de abrirte a un mayor entendimiento.
Desde una visión profunda de aceptar el aprendizaje subyacente a tu situación y a darte la oportunidad de hallar respuestas que te edifiquen interiormente.
Si esto no se da porque no estás en ese punto o porque no lo ves así, de verdad, no pierdas tu tiempo ni tu dinero.
La conciencia es uno de los bálsamos más poderosos que nos ayudan a aliviar nuestros sufrimientos y angustias más profundas.
Sin ella, todo esto no funciona.
Si quieres saber más sobre constelaciones familiares, te recomiendo visitar mi canal de Youtube sobre Consultoría Sistémica y ver todos los vídeos gratuitos que he realizado.